Faro Playas

Cien playas, muchas de ellas comunicadas por hercúleas rocas huecas, coloradas y cinceladas, como la Praia da Rocha, mantienen siempre templadas sus aguas gracias a las 3.000 horas que reciben de sol al año. Higueras, naranjos y almendros en flor esconden caminos que conducen a cascadas que sólo conocen los lugareños. Otras, por el contrario, como la cercana Tavira, ya han sido descubiertas por decenas de cosmopolitas hippies.

La ciudad de Faro se alza monumental, digna de ser la capital. El gótico y el barroco se combinan entre las piedras de sus iglesias y las calles están salpicadas de casas solariegas. A su puerto llega una gran variedad de pescado, que tiene su destino en la parrilla. Sólo hay que dejar en la mesa un puñado de escudos para ir recibiendo en el plato, conforme se asa, un sonrosado salmón o un buen número de frescas sardinas.

Portimao, Albufeira, Faro... Su aire huele siempre a viño verde, bacalao y dulces de canela, y parece que el Universo ha conspirado para que, con su suave clima y el eco de los fados, te sientas en una eterna primavera.

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